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Ya hemos hablado acerca del ejercicio durante el embarazo, pero otra de las preguntas más comunes con la que nos encontramos es acerca del entrenamiento en el posparto: ¿cuándo y cómo puedo volver a hacer ejercicio después de dar a luz? 

Como en todo, la respuesta depende de muchos factores personales, pero como marco general, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), indica que deben ser, al menos, 6 semanas tras un parto vaginal u 8 tras una cesárea. En cualquier caso, lo más importante es, una vez acabada la cuarentena, hacernos una revisión abdominopélvica con un fisioterapeuta especialista. Valorará en qué estado se encuentra nuestro suelo pélvico y abdomen, para descartar posibles problemas derivados del embarazo (diástasis, estado del periné, futuras incontinencias, etc.).

Y es que, aunque recuperar la figura tras el embarazo o perder los “kilos de más” parece haberse convertido en una obligación tras el parto, no debemos preocuparnos con este tema, sino ocuparnos de lo que de verdad importa: recomponer nuestro cuerpo, tras el impacto provocado por la gestación, para evitar problemas de salud a largo plazo.

¿Qué conseguiremos con el ejercicio durante el posparto?

Una vez confirmado que podemos volver a entrenar, es importante empezar por readaptar el movimiento de la función corporal. Tengamos en cuenta que el cuerpo de la mujer ha pasado por muchos cambios durante el embarazo y el parto y que, tras unas semanas de reposo –en las que nuestros órganos se han ido recomponiendo–, no podemos lanzarnos a hacer cualquier tipo de ejercicio.

En este sentido, siempre indicamos que el deporte, especialmente durante estas etapas de la vida, es mejor que sea supervisado por un especialista, ya que nos podrá guiar mientras vamos retomando la actividad física, adaptándola al puerperio. De hecho, antes de retomar el ejercicio de alto impacto e intensidad, es importante pasar por una fase previa, de transición progresiva, en la que trabajemos para:

  • Reactivar la musculatura profunda del abdomen y el suelo pélvico
  • Restablecer el patrón respiratorio
  • Corregir las descompensaciones corporales que provoca el embarazo
  • Devolver la funcionalidad a la línea alba y corregir la diástasis abdominal
  • Recuperar la estabilización central y trabajar la higiene postural 

Ejercicio y lactancia

Otro aspecto que no debemos olvidar es que, en muchas ocasiones, al propio posparto hay que sumarle que muchas madres optan por dar el pecho a sus hijos, lo que puede suponer una dificultad extra a este proceso. Ejercicio y lactancia

En este sentido, cabe destacar que el ejercicio no tiene ninguna contraindicación sobre la lactancia, ni afecta a su producción o composición en madres previamente entrenadas, pero que hay que tener en cuenta algunos aspectos para poder practicarlo:

  • Dar de mamar antes de hacer ejercicio hará que el volumen mamario sea menor y que la madre esté mas cómoda a la hora de entrenar.
  • Evitar ejercicios en decúbito prono (tumbada boca abajo) ya que estos pueden provocar dolores en la zona del pecho.
  • Utilizar un sujetador deportivo que mantenga firme el pecho y evite que este sufra
  • Cuidar la intensidad del entrenamiento en madres no acostumbradas a hacer ejercicio previamente. Según la Asociación Española de Pediatría, esto puede provocar una disminución en el volumen de la leche y cambios en su composición, además de un incremento temporal en el ácido láctico que, al ser amargo, puede provocar un rechazo en el bebé.

Y en consecuencia a esto, la madre lactante suele perder aproximadamente 200mg de calcio al día, lo que supone una pérdida de masa ósea durante los meses de lactancia. Un factor fundamental en esta etapa será el entrenamiento de fuerza que ayudará a mantener una buena densidad mineral ósea.

Por tanto, es fundamental entrenar después del parto para recuperar toda la musculatura del periné y abdomen, pero será de igual importancia el entrenamiento de fuerza y la mejora de la condición física de la madre a medio y largo plazo.