Tras el parto, el cuerpo sufre grandes cambios, lo cual aumenta las necesidades energéticas y nutricionales de la madre. Tu cuerpo necesita curar los tejidos y prepararse para dar el pecho. La alimentación juega un importante papel en la recuperación del parto.
¿Cuáles son los cambios notorios después del parto?
- A pesar de no tener al bebé la barriguita sigue ahí. Tranquila, es normal que tarde algunas semanas en reducirse.
- Somos una montaña rusa de emociones debido a los niveles hormonales
- Aumenta el estrés y la falta de sueño
- Tras el parto pueden aparecer sangrados y anemia
- Puede que aparezcan hemorroides, por el esfuerzo realizado en el parto
- Al intestino le cuesta recuperar la motilidad y se puede dar estreñimiento
- Exceso de sudoración ya que durante el embarazo hay un aumento de agua en los tejidos que va a ser eliminada
Sabemos que después de algo tan impresionante como dar a luz, vemos la necesidad de volver rápidamente a nuestro cuerpo antes del embarazo. Esto no es tan sencillo y requiere su tiempo. No es bueno tener prisa por volver al peso anterior al embarazo. Tu cuerpo está en un momento distinto ahora y no le podemos exigir esto. Escucha lo que necesitáis tú y tu bebé, que ya habrá tiempo para recuperarnos físicamente. El parto es un hecho del cual tu cuerpo necesita recuperarse: está inflamado, roto y dolorido. Debido a esto, no podemos realizar dietas estrictas ni de adelgazamiento porque tu cuerpo necesita consumir energía para curar las heridas, por ello es importante cuidar la alimentación para la recuperación al parto.
¿Y qué puedo tomar para ayudar a que se recuperen mejor mis tejidos?
- Alimentación saludable, con alimentos que ayudan a reducir la inflamación y antioxidantes
- Evitar al máximo productos ultra procesados, alcohol y cafeína
- Alimentación rica en hierro, calcio y fibra: para recuperar la pérdida de sangre, evitar anemias, suplir las necesidades de calcio de la lactancia y fibra para restaurar una microbiota intestinal saludable que nos ayude a desinflamar
Una alimentación rica en hierro está basada en consumir:
- Legumbres (lentejas, guisantes, soja, garbanzos, alubias negras)
- Carnes (pollo, pavo, ternera, cerdo, conejo, cordero)
- Granos integrales (arroz integral, avena, quinoa, pipas de calabaza, semillas)
- Frutos secos (nueces, almendras, pistachos, anacardos)
- Fruta deshidratada (pasas, higos secos, orejones, ciruelas, arándanos)
Siempre acompañada de frutas y verduras, ricas en vitamina C, para mejorar la absorción de ese hierro.
¿Qué alimentos son antiinflamatorios y antioxidantes?
No existen alimentos que tengan ese poder como tal, pero sí ayudan, consumidos normalmente día tras día, a reducir la inflamación y a aportarnos antioxidantes que promuevan una rápida regeneración celular:
- Todas las frutas y verduras están llenas de antioxidantes, especialmente el tomate, el pimiento rojo, los cítricos, brócoli, verduras de color naranja con sus betacarotenos y frutas del bosque (bayas, arándanos, frambuesas…)
- Semillas de chía, lino, sésamo y pipas de calabaza y girasol
- Aguacate, pescados azules, frutos secos y AOVE (grasas saludables)
- Cúrcuma, jengibre, infusiones y té verde (máximo 2 tazas al día si estás amamantando)
- Caldos de huesos, muy recomendables para restablecer la microbiota intestinal y reducir la inflamación digestiva.
La prioridad durante este periodo es cuidarte a ti misma y a tu bebé. Permítete tiempo para descansar cuando tu bebé descansa, comer bien y beber mucha agua. ¡Paciencia y confía en tu cuerpo!
¿No sabes cuando empezar con los entrenamientos? Puedes leer nuestro post Entrenamiento en el posparto: ¿Cuándo y cómo empezar?
Post escrito por Elena Toledano, Nutricionista de ROOTS.